dijous, de juliol 19, 2007

PP (Portazo de Piqué)

Para el gran público, Josep Piqué es visto desde España como un nacionalista de centro muy cercano a CiU y desde Catalonia como un facha del copón que milita en el partido de Acebes y Zaplana. La realidad no tiene tantos contrastes, es mucho más gris. Yo le definiría como un político pragmático, que en su día perdió el tren de la sucesión (cuando Pujol era más pequeño,... quería decir más joven, y no buscaba delfín, él era el hombre adecuado, pero no supo esperar y se fue con la querida, esto es, Aznar, bajo la etiqueta, eso sí, de independiente). Preparado y brillante orador, representa (como decía el último slogan del PPC) el sentido común, aunque rodeado de esa pléyade de hooligans, esto es, Sirera, Albertito, García Albiol, pierde muchos enteros.
Que poco conoce Génova 13 la realidad catalana. El votante fiel del PP en Catalonia siempre va a votar gaviota en las urnas, independientemente del cartel electoral, ya sea este de perfil centrista con guiños al nacionalismo de CiU (veáse Piqué y Nebrera) o de perfil ultraespañolista (veáse Vidal Cuadras y Albertito). El posible aporte de votos al PPC sólo vendrá cuando este partido se confunda con los sectores de CiU menos nacionalistas (pero catalanistas al fin y al cabo) y más centristas. Esto ya ocurrió en las elecciones del 2000, cuando el PP apoyaba sin fisuras a CiU en el Parlament, y viceversa en Madrid. El PP casi da el sorpasso a CiU en las generales de la mayoría absoluta de Aznar. Para el gran público, eran lo mismo. Y el pez grande siempre se come al chico.
Lo que intuyo es que en Ferraz hoy están de fiesta. Acebes, brazo ejecutor de la dimisión irrevocable de Piqué, ha suicidado al PPC en Catalunya, y por ende en España. Huelen a grupo mixto. Y renunciar a los escaños que la ley de Hondt otorga en una comunidad autónoma de 7 millones de habitantes es poco menos que un harakiri político.