Su vida, sus algo más de cuarenta años ya, se resumen en dos palabras: Umberto Tozzi. Lleva toda la vida amándole y recordándole. Es una fan de manual. Continúa comprando compulsivamente el material y/o merchandising cada vez más menguante acerca de su persona. Continúa acelerándosele el corazón las escasas ocasiones que aparece, decrépito ahora, en televisión. Continúa fantaseando sobre sus supuestos encuentros con su ídolo. A veces pienso que vivió una tórrida relación con él, a veces pienso que ni tan siquiera se fijó nunca en ella.
Umberto y ella son un misterio. Es su misterio, su secreto, su mundo, su burbuja. Y no piensa pincharla nunca.
Pero, si yo fuese Ruth, y a estas alturas del partido, y, viendo como se conserva el tal Umberto,... yo me buscaría un cubano de carne y hueso.
Umberto y ella son un misterio. Es su misterio, su secreto, su mundo, su burbuja. Y no piensa pincharla nunca.
Pero, si yo fuese Ruth, y a estas alturas del partido, y, viendo como se conserva el tal Umberto,... yo me buscaría un cubano de carne y hueso.
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