Me revienta que llamen deporte a algo que consiste en veintipico tíos al volante de engendros millonarios que sólo hacen que fomentar la siniestralidad en las carreteras. Me revienta estar en conversaciones donde se emplean anglicismos como pole position (¿quién se pone primero?), paddock (¿garaje?), chicane (¿doble curva?). Me revienta que un niñato con residencia fiscal en un paraíso ídem se autootorgue la representatividad de un país, y hasta haga sonar su himno cuando gana. Me revienta que cienmil borregos acudan con todo tipo de merchandising hortera a todos esos eventos. Me revienta que las comidas del domingo se vinculen a la hora de emisión de dichos coñazos. Me revienta tanto analista de lunes de gran premio dominical.
En definitiva, me aburre soberanamente.
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