En la mitología griega, Can Cerberos (en griego Κέρβερος Kérberos, ‘demonio del pozo’) era el perro de Hades, un monstruo de tres cabezas (aunque a veces se decía que tenía 50 o 100) con una serpiente en lugar de cola e innumerables cabezas de serpiente en el lomo.
El Can Cerbero guardaba la puerta del Hades (el inframundo griego) y aseguraba que los muertos no salieran y que los vivos no pudieran entrar.
El Can Cerbero guardaba la puerta del Hades (el inframundo griego) y aseguraba que los muertos no salieran y que los vivos no pudieran entrar.
Lógicamente, en el fútbol el cancerbero es el portero o guardameta, encargado de evitar que el balón traspase (completamente) la línea de gol en la portería que defiende su equipo. Es el único jugador que puede tocar el balón con las manos y brazos dentro del área grande, excepto cuando la pelota procede de un jugador de su equipo, en cuyo caso se señala lanzamiento indirecto en el lugar de la infracción. También es el único jugador al que no se puede tocar dentro del área pequeña.
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