dissabte, de juny 02, 2007

Mi mujer dice (I)...

Ella no tiene tres trabajos como antaño las mujeres: cocinera en la casa, señorita en la calle y puta en la cama. Tiene básicamente cuatro trabajos: maestra en un colegio público, delegada sindical y responsable de un sindicato de profesores, madre de dos hijos con el trabajo que eso conlleva, y la intendencia básica de esta nuestra casa. Se queja que está eternamente cansada. Le echa la culpa a la cantidad de tareas que desarrolla, la cantidad de stress que acumula, lo poco que dice que la ayudo (ahí miente como una bellaca), lo movido que es el niño pequeño, lo manta que es el hijo mayor, lo viejo que está el colchón, etc. etc.

Pero la teoría que mi mujer expone más habitualmente es que en el mundo sólo hay tres tipos de mujeres:

  1. Ella, puteada hasta la médula, por todo y por todos.
  2. Las que se drogan o dopan con antidepresivos y ansiolíticos y van todo el día felices y/o zombies en su nube de alprazolam. Además le suelen aconsejar que se relaje (¿Cómo? ¿Convirtiendome en una yonkie como tú?
  3. Las que tienen ayuda de sus madres y además tienen contratadas a media República del Ecuador. Éstas además no trabajan, van al gimnasio y previamente, de solteras, pegaron el braguetazo de su vida casándose con un PH (pobre hombre). En próximas entradas desarrollaré el concepto de PH

Yo creo que del blanco al negro hay muchos tonos de gris.