dissabte, de maig 12, 2007

Festa de la Primavera y las Apariencias

En el colegio religioso al que asiste mi hijo mayor (el pequeño aún va a la guardería) se celebra cada año en estas fechas la llamada Festa de la Primavera. Una kermesse de juegos, sorteos, partidos de basket y futbol y actividades diversas para los niños durante todo el día que va perdiendo interés para los padres (se te deja de caer la baba al ver a tus niños pequeños crecer y hay un cierto morbo al principio por conocer a las familias de los hijos que serán amigo(a)s y/o novia(o)s de tus hijos) y ganándola para los hijos (empieza a despertárseles las feromonas y/o adrenalina con sus compañera(o)s) conforme pasan los años.

A pesar de ser un colegio religioso, no parece ser excesivamente estricto (quitando lo de ir castigados a la capilla,... ¿no debería ser un premio eso de estar cerca de Dios?). También ayuda eso del componente nacionalista, que no deja de ser un elemento de progresismo en Catalunya, dado que todo lo que se aparta de ese pensamiento es tildado de reaccionario (y con razón, visto el patio) y es que la bandera catalana siempre está en lo más alto y, lógicamente en solitario, en cualquier celebración. En definitiva, que buenos son los padres escolapios que nos llevan de excursión.

El motivo del post de hoy podría habernos remitido a la antigua Roma y al proverbio NO BASTA QUE LA MUJER DEL CÉSAR SEA HONESTA...TAMBIÉN TIENE QUE PARECERLO :

"Según cuenta Plutarco en sus "Vidas paralelas", un patricio romano llamado Publio Clodio Pulcro, dueño de una gran fortuna y dotado con el don de la elocuencia, estaba enamorado de Pompeya, la mujer de Julio César.
Tal era su enamoramiento, que en cierta oportunidad, durante la fiesta de la Buena Diosa -celebración a la que sólo podían asistir las mujeres- el patricio entró en la casa de César disfrazado de ejecutante de lira, pero fue descubierto, apresado, juzgado y condenado por la doble acusación de engaño y sacrilegio.
Como consecuencia de este hecho, César reprobó a Pompeya, a pesar de estar seguro de que ella no había cometido ningún hecho indecoroso y que no le había sido infiel, pero afirmando que no le agradaba el hecho de que su mujer fuera sospechada de infidelidad, porque no basta que la mujer del César sea honesta; también tiene que parecerlo.
La expresión, con el tiempo, comenzó a aplicarse en todo caso en el que alguien es sospechado de haber cometido alguna ilicitud, aun cuando no hubiera dudas respecto de su inocencia."

Después de la cita, lo ocurrido hoy:

Padre joven, para lo que estila hoy en día, treinta y pocos, de apócope posiblemente Rafa o Míguel (eso sí acentúado en la í), . Aspecto algo chuloputas, engominado, con nariz aguilucha y musculado, no de gimnasio, síno de no trabajar precisamente en el sector terciario. Pues el colega y/o colegui llevaba una camiseta que en la parte posterior aparecía el número 00069, como haciendo analogía de la iconografía carcelaria (y también alarde, cabe pensar, de su destreza e imaginación sexual) y en la parte delantera y, con gran alarde tipográfico, aparecía la cita, a tres líneas:

COLOMBIA

CÁRCEL DE MEDELLÍN

NARCOTRÁFICO.

Como se suele decir: Haciendo amigos. Mi hijo no va a casa de este sujeto ni a por sal. A por sal he dicho,... seguro que se la da envuelta en dosis en papel de plata. Y le pide 50 Euros por los gastos de gestión.

Yo estoy por la legalización de las drogas, pero, desde luego, ni por la banalización y mucho menos, por la apología.
Me he ido del tema del titular. Volvamos a ello. Posiblemente el Rafa o Míguel en cuestión sea una bellísima persona, pero con una camiseta así la imaginación se desborda y siempre a lo peor. ....Sí es que, como decía Plutarco, además de serlo, hay que parecerlo.