dissabte, d’agost 25, 2007

Teoria del pluriempleo

Resulta paradojico observar que la banda asesina de ETA sólo logra culminar con éxito sus atentados en períodos vacacionales. El resto de intentos de atentar durante períodos laborables se ha saldado con sonoros fracasos (veáse Ayamonte o Castellón).

Mi teoría, seguramente tan paranoica como la del asesinato de Lady Di o la de los Peones Negros para con el 11-M, se fundamenta en los hechos expuestos en el párrafo anterior:

En períodos laborales, actúan los etarras de postal, los recién llegados de la kale borroka, okupas y consumidores habituales de kalimotxo como principal virtud, quizás bregados en la guerrilla urbana de contenedores y cajeros automáticos, pero incapaces de activar una bomba o sobrevivir a un control policial con absoluta indiferencia. Con estos mimbres, la cesta acaba siempre en manos de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad.

En períodos vacacionales, los etarras con solera, los entrenados en campos de Libia, Irán o Cuba en los años 70 y 80, y actualmente retirados en algún restaurante vasco en Uruguay o Méjico o en alguna asociación cultural por la pervivencia del deporte aizkolari o de la cata del txakoli, deciden, en vez de jugar a paint-ball con el Kantauri de turno, pasar a la acción y revivir la transición. Lógicamente, su capacidad explosiva queda acreditada, así la T-4 es un clon de Hipercor (con la misma estúpida y demagógica disculpa del aviso previo) o el cuartel de Durango una copia del cuartel de Vic.

Moraleja: Que terminen ya las vacaciones y vuelvan a su trabajo habitual los etarras con solera y dejen paso a las nuevas y chapuceras generaciones de etarras de postal incapaces de cumplir sus deleznables objetivos.