divendres, d’abril 18, 2008

El hijo del Cesar...

...esto es, el hijo de Montilla.
Como contaba Plutarco en sus "Vidas paralelas": No basta que la mujer (el hijo) del César (president de la Generalitat de Catalunya) sea honesta (buen ciudadano), también tiene que parecerlo!
Ha aparecido hoy en los medios de comunicación la noticia de la condena en firme de Arnau Montilla, uno de los cinco hijos del president de la Generalitat de Catalunya, José Montilla.
Hechos probados: El domingo 15 de mayo de 2005, a las 03.15 horas de la madrugada, en la Rambla de Canaletes, durante la celebración del título de Liga del F.C.Barcelona, el acusado propinó "un puntapié a la estructura de una cabina telefónica, lo que ocasionó la fractura del vidrio" y "menoscabó su cristal [de la segunda cabina], golpeando a su vez el auricular".
Sentencia: El juzgado de lo penal 14 de Barcelona de 31 de marzo del 2008 califica dichos hechos como "falta consumada" y condena al acusado a pagar una indemnización de 269,53 euros y a una multa de 30 euros por romper un cristal de una cabina y el auricular del teléfono de una segunda cabina. Anteriormente, la Audiencia había calificado los hechos como "delito de daños" y condenado al pago de una indemnización de 482,73 €, 360 € de multa, así como las costas judiciales. El abogado de la defensa pidió como atenuante la intoxicación etílica del acusado, hecho que no coló. La consideración de atenuante es lo que no coló, la torrija que llevaba el acusado nadie la pone en duda.
Como hechos positivos de esta noticia, podría decir:
a) Montilla está integrado fins el rovell de l'ou de Catalunya. Vástago de nombre Arnau y culé hasta el paroxismo. Queda la cabina, o mejor dicho lo que queda de la cabina, como muestra de su barcelonismo, y por ende de su catalanidad. Sólo falta hacerse socio del RACC, tener la hipoteca en "la Caixa" y casarse en Montserrat para tener el pack completo. Si además, es un afamado devorador de cargols y/o calçots obtener la Creu de Sant Jordi es sólo cuestión de tiempo.
b) Las noticias sobre la clase política y sus miserias domésticas ya no se tapan como antaño. Salen y punto. Más reiremos en Polònia. Ya me estoy imaginando el gag con el tal Arnau ataviado de boix noi o pelao tunero quemando contenedores.
Y como negativas:
a) Antes los hijos de los oligarcas del poder se hacían hippies, se iban a París a pintar o a componer o a escribir, o militaban en organizaciones clandestinas de corte revolucionario en pos de la paz en el mundo y/o mayor justicia social, mientras estudiaban Filosofía o Derecho en la Universidad. Ahora agotan las existencias de birras en el Sepu y/o Simago de la Rambla o de Pacharán en la cervecería Núria cuando el Barça empata con el Almería en la jornada 12 de la Liga o cuando Beth pasa a la final de Operación Triunfo.
b) El Ajuntament de Barcelona está preparando un dispositivo especial de seguridad ciudadana. Pero no ante la visita de los siempre sedientos seguidores del Manchester United el próximo 23 de Abril para la semifinal de la Champions League, sino con vistas a la celebración del Festival de la Canción de Eurovisión. Y, es que el tal Arnau Montilla, según fuentes de toda solvencia informativa, es un ferviente fan de Rodolfo Chiquilicuatre. Y si, por una triste Liga del Barça, lió la que lió, ese día, si gana España, la que liaron los anarquistas durante els fets de maig de 1937 en el edificio Telefónica de la plaza Catalunya se queda en una mera anécdota al lado del akelarre kaleborrokil que monta el tal Arnau.
c)Y como colofón, si por lo menos los actos vandálicos los hubiera cometido, presa de una alegría incontenible, el día que los PSC/IC/ERC volvieron a ganar las elecciones al Parlament de Catalunya, podríamos incluso justificar dichos hechos como una muestra desatada y enfervorizada de afecto filiopaternal. Pero me da a mí que éste tal Arnau todavía cree que papá es alcalde de Cornellà de Llobregat. Fijo que el tal Arnau no llegará tan lejos como papá. Porque papá con todas sus carencias, ya sean catalanolingüisticas, ya sean universitarioculturales, ha llegado lejos. Pero ha llegado porque se lo ha currado. Y se lo sigue currando.