dissabte, de febrer 16, 2008

Visca Barcelona

Desde los cinco años vivo en Barcelona. Llegamos aquí en el 72, procedentes de Montcada i Reixac, gris, tétrica y horrible ciudad dormitorio del cinturón industrial,... allá donde el mar no se puede concebir. Eran los tiempos finales de la Revolución Industrial en España (siempre con cuarenta años de retraso), de desplazamientos masivos de inmigrantes, siempre nacionales o regionales entonces. Mis padres fueron unos de ellos. Casarse y bajar de la fría Lérida a la capital a buscarse la vida. Progresaron, si es que el progreso se mide en función de la renta per cápita de la ciudad en la que vives y se aposentaron en Barcelona. Mejor dicho, en la Vila de Gràcia. Por nacionalistas que no quede. En este pais, región, territorio o como queramos llamarle, hasta los barrios se proclaman independientes. Gràcia, Republica Independent of course.

Barcelona siempre ha sido innegociable. Cuando me casé y tuve que abandonar el domicilio paternal para fundar una familia y todo eso, tanto Sue Ellen (también pro-capital, no en vano ella procedía de lo más castizo de la capital del Estado, Atocha of course) como yo, teníamos clarinete el no migrar más de la imaginaria línea fronteriza que traza Barcelona entre el mar, el antiguo Cinturón de Ronda y la Meridiana.

Aunque no he leído el libro de Federico Jiménez Losantos, "La ciudad que fue: Barcelona años 70", yo reniego de esa Barcelona provinciana de los setenta, de olor a faria y fritanga en el barrio chino, de canodrómo matutino en Meridiana, Diagonal y Granvía. Yo abogo por esta Barcelona que mira al mar sin complejos, la Barcelona del 22@bcn, del MACBA, del Call, el Gotic i el Born rehabilitado, de la Gràcia, el Sant Andreu i el Sarrià peatonal, del Eixample con carril bici, del Nou Barris con zonas verdes y centros lúdico-culturales.

Anoche salimos a cenar por Sant Jaume. Fuimos Sue Ellen, FroidenNaiden y tres amigos: Roberto (supongo que a partir de ahora leerás mi blog, supongo que algunas cosas publicadas te sorprenderán, y también da por sentado que respeto profudamente tus ideas porque siempre las has expresado desde la moderación y el sentido común), Merceditas (algún día te dedicaré un Gente que conozco,.. aunque como te conozco,.. mejor que no,.. aunque, no sufras: hay veces que las verdades no duelen, sino que alegran) y Roque (a ti ya te conozco bastante,.. como dicen en aquel bolero encantado de haberte conocido. Tan recto, yan coherente, tan milimetrado,.. aunque pienso que en en el fondo de tu interior interno guardas algo de rauxa escondida. No sé si decirte que te la guardes o que la escupas).

Al final me he desvíado del tema del artículo. Donde quería llegar, y nunca mejor dicho, era al tema de los medios de transporte empleados para llegar a la cita vespertina. Sue Ellen y yo llegamos en taxi y nos fuimos en Metro, Roberto llegó a pie y se fue en bicing. Merceditas llegó en bus y se fué con Roque en moto.

Ahí quería llegar.

A que entre todos estamos haciendo una ciudad cada ves más habitable y sostenible