Lo lleidatà (I)

Obro aquest espai per deixar constància de paraules que utilitzem a la nostra familia i/o entorn

gavinet..................ganivet
empeçar................començar
mixó......................ocell
llangonissa............botifarra
empènyer.............empentar
berberechu..........escopinya
sacatapos.............tirabuixó

Efecto mariposa

Hoy he visto la cara de la derrota en una persona.
Y me he sentido, en cierta manera, responsable.
Lo siento.
Aunque sea por la ínfima parte que me toca.
Pero también quiero que conste en acta que yo solo pasaba por ahí.

Nainoná

Toda mi niñez y adolescencia la viví en el barri de Gràcia, a escasos 200 metros del Raspall, la plaça dels gitanus. Si bien nunca tuve amigos gitanos, si jugué con ellos en la calle con total naturalidad e inocencia, libre de todo prejucio, aunque siempre con la perplejidad, entonces, de estar con gente singular, diferente. Recuerdo a la Rosita, una gitana de mi clase (mejor dicho, la gitana de mi clase),... con doce años era ya una mujerona, unos pechos inmensos y turgentes se adivinaban bajo sus repegados jerseis de lana caseros dos tallas más pequeños sobre los que reposaban unas larguísimas melenas más negras azabaches que la solvencia de los Hermanos Lehman.

Bueno... ¿y qué?... pensarás querido lector de este blog cada vez más esporádico. Recuerdo esa canción de Serrat "Enciendo un cigarrillo, y otro más... Un día de ésos he de plantearme muy seriamente dejar de fumar, con esa tos que me entra al levantarme.. Por cierto, al techo no le iría nada mal una mano de pintura". Pues eso, empiezo contando una cosa y me pierdo en los detalles banales, en lo lateral y lo colateral. Vayamos al tema, al moll de l'os como decimos por aqui.

De lo que quería hablar era de la rumba catalana, forma de expresión musical tan catalana como la sardana (también dícese del insufrible baile practicado por todas las señoras marías los domingos por la mañana en la plaza aledaña a la iglesia de su pueblo, previo paso a engullir un plato de escudella en invierno, de calçots en primavera, y rovellons en otoño,... en verano no sé que comerán, pero a juzgar por el tamaño de su refajo seguro que Biomanán Complex no es lo que ingieren). Ya me he vuelto a ir por la tangente y por la arcotangente. Un día de estos tenemos que hablar de trigonometría. Pero hoy he hecho propósito de enmienda y HOY VAMOS A HABLAR DE LA RUMBA CATALANA.

Relegada desde siempre a la dudosa categoría artística de amenizar la programación íntegra de la BBC, esto es Bodas Bautizos y Comuniones, amén de melopeas y curdas del irrefutable género etílico, la rumba catalana se ha asociado a un refrito entre el flamenco andaluz y la guaracha cubana, aunque manteniendo una personalidad propia alejada de toda ortodoxia musical. La rumba catalana es música abonada con el germen de los gitanos catalanes. Discutiríamos sobre si su origen deviene de la plaça del Raspall o de la calle de la Cera en el Raval, pero eso daría para un debate entero y hasta para unas jornadas para el diálogo. Definiríamos la rumba catalana como el grupo de gitanos de Barcelona que tocaban al compás del dos por cuatro o cuatro por cuatro y acompañados de bongos en los saraos particulares y en las verbenas de barrio. Pero lo que convierte a la rumba catalana en sonido emancipado es ese sonsonete tan inconfundible conocido como "el ventilador". Ese "truco tan ingenioso y de fácil ejecución", según Gato Pérez, y, "que consiste en darle a la guitarra combinando ritmo, melodía y percusión": esto es, rasguear el instrumento a la vez que se tabalea la caja con la mano. Gato Pérez sintetizó la rumba en palabras de la misma forma que la ejecutó: "... Supe que los gitanos llevaban doscientos años en Gràcia, Hostafrancs y El Portal -calle de la Cera, cuna de Peret y Los Amaya- y que, de siempre, habían hecho una música orgullosa de sus orígenes. (..) Y me dijeron que había fundado una dinastía de guitarristas apodados los Pescadillas, que habían cruzado el fllamenco levantino con la música cubana gracias a los marineros caribeños que recalaban en La Planxeta del puerto de La Barceloneta. Y que en el Charco de la Pava de la calle Escudellers, el Legañas y el Pescadilla dejaron fecundar sus guitarras por el güiro y el bongó, y que a ese potaje llamaron rumba catalana, y que Carmen Amaya, del Somorrostro, la paseó por todo el planeta".

Y por si quedaban dudas, luego el tal Pérez, el Gran Gato, le puso verso y música:

La rumba que coneixem

no és de la Xina ni del Japó.

La nostra rumba de Barcelona

viu marejada de voltar el món.

La rumba neix al carrer

filla de Cuba i d'un gitanet

i sa germana que és l'havanera

és gronxadeta entre mariners.

P.D. Dejo video de Peret donde da una clase magistral de resucitar a un muerto y llevarlo de parranda a ritmo de ventilador que para sí ya quisiera Fujitsu en sus últimos modelos de aire acondicionado.

¿Quién quiere silencio?

Queremos ventiladores ruidosos, signo inequívoco de diversión.